[Recibido en Español]
[Dios Padre]
A Mis hijos dispersos por el mundo –
Vuestro Dios os habla desde el Cerrito santo, Nuestro nuevo Tepeyac.
El tiempo ha llegado, hijos Míos, para llamaros a que os unáis a Mi ejército – ejército que He formado y forjado en el silencio, en lo escondido, con incontables pruebas, sacrificios y sufrimientos.
Cuántos pequeños batallones He formado por todo el mundo, en cada continente. Como cisternas de agua pura para dar vida a Mis hijos hambrientos y abandonados. Hambrientos de la Verdad, hambrientos de Mí – y abandonados por aquellos que se han convertido en estorbo para Mí: Mis hijos sacerdotes, a quienes Yo He dado mandato y misión de cuidar de Mis ovejas, de protegerlas y nutrirlas con Mí Alimento Sagrado.
Pero estos pastores se han dormido y os han abandonado, Mis hijos, en su mayoría.
Tengo Pastores fieles – el gozo de Mi Corazón[1] – que, unidos a Mi Jesús, trabajan sin descanso en guiar a Mis ovejas a Mi redil. ¡Y cómo son odiados y perseguidos! Recibirán la corona del martirio por este testimonio y trabajo en Mi honor.
Mi Voz está por tronar para despertar a Mis hijos dormidos[2], embriagados por el mundo y las mentiras de Satanás.
No reconocen los tiempos, no reconocen Mi Voz, y Me son INÚTILES.
Pero los despertaré con el trueno de Mi Voz.
Mis hijos, que sufrís al ver la devastación de Mi Iglesia, al ver al mundo totalmente dominado por Satanás y sus cohortes – alzad vuestros ojos y vuestros corazones a Mí, hijos.
Me habéis llamado y vengo.
Me habéis sido fieles, y ahora Yo os demuestro que YO SOY vuestro DIOS FIEL.
Fiel a Mi Palabra. Fiel a Mi Verdad. Fiel a Mi Amor por vosotros.
Vengo, hijos, a restaurar lo que es Mío.
Vengo, hijos, a tomar posesión de lo que Satanás, en su soberbia infinita, quiso arrebatarme.
Vengo, hijos, para reconquistar vuestros corazones y los corazones de todos Mis hijos.
Alzad vuestros ojos, hijos, y esperadme.
Alzad vuestros corazones, Mis pequeños, y confiad en Mí.
Alzad vuestros corazones y Me veréis.
No temáis.
Vuestro Dios se alza en vuestro favor.
Permaneced en Mí y no temáis.
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[Continuado el 26 de febrero, 2024]
Escribe ahora, hija, para Mis hijos Sacerdotes[3].
Aquellos que, debiendo ser Mis más cercanos colaboradores, Mis instrumentos más dóciles y fieles, Mi descanso, se han convertido en un grandísimo estorbo; almas de ladrones, robando a Mis hijos lo que les pertenece por herencia y por necesidad: Mi Gracia, Mi Guía, Mi Luz, Mi Perdón. Almas rebeldes a Mi Voz, almas holgazanas. Almas que, habiéndome perdido, no me buscan. Adentrándose más y más en la oscuridad dan su espalda a Mi Luz.
Quedarán más secas y marchitas que la higuera que Yo maldije antes de entrar en Jerusalén.
A través de los años He podado y puesto abono a su alrededor, tratando de revivirlas, pero rehúsan Mi ayuda.
MI AYUDA. La que Yo envío como y cuando quiero, como un rocío para Mis hijos[4].
Ay de estos pastores que Me son estorbo e inutilidad.
Una oportunidad más; os la doy – una última oportunidad – obtenida para vosotros por el sacrificio y la oración de aquellos a quienes habéis despreciado y abandonado – Mis almas víctimas – en atención a ellas os doy una oportunidad más. NO LA DESPERDICIÉIS.
Una hora[5] más os espero, pero si no respondéis, si no Me escucháis, seguiré adelante con Mi Plan, haciéndoos a un lado para que no causéis más daño con vuestra inacción.
Necesito vuestra ayuda hijos. Os llamé, os creé para esta Hora, para que Me ayudéis y ayudéis a vuestros hermanos. Para que Me llevéis a las almas más necesitadas; para que protejáis a Mis ovejas, para que con Mi Poder y autoridad las libréis de las garras de Satanás. Para que llevéis Mi Paz y Esperanza a la oscuridad de la desesperación – para que alimentéis a Mis ovejas, para que las curéis.
Hijos, es una labor muy ardua. Extenuante. Dando la vida a cada minuto, a cada paso.
OS NECESITO.
DESPERTAOS, hijos.
Mirad lo que sucede EN VERDAD a vuestro alrededor.
Salid de las miasmas del enemigo, de sus confusiones y seducciones.
Mi Voz es clara, directa. El sí que es sí y el no que es no.
La Verdad es LUZ.
Hijos, estáis rodeados de mentiras. OS HAN MENTIDO. Y habéis absorbido estas mentiras tan perniciosas porque os ofuscan la VERDAD, y al ofuscarse la Luz de la Verdad, se ofusca todo vuestro interior y sois fáciles de distraer y os volvéis completamente inofensivos a Mi enemigo.
NECESITO HIJOS GUERREROS. SACERDOTES Y SOLDADOS.
Sin temor en la batalla.
Os di una espada[6] el día en que fuisteis consagrados a Mí, a Mi servicio, en Mi Templo. ¿Qué habéis hecho con ella?
Os di una estola pura, blanca, ¿en qué condiciones está ahora?
Y vuestras manos consagradas, ungidas, ¿en qué las habéis usado?
¿EN DÓNDE ESTÁ VUESTRA FE, hijos?
En vez de ser la llama fuerte e invencible que os da vida y calor y os hace Mis colaboradores en verdad, habéis dejado que se apague. Sólo veo una que otra llamita – tan pobres y débiles.
HIJOS, POR ESTO LA OSCURIDAD SE HA EXTENDIDO. PORQUE NO HAY FE EN MIS SACERDOTES.
LA FE SENCILLA Y PURA DE LOS NIÑOS.
LA FE FUERTE Y VALEROSA DE MIS HIJOS.
LA FE LEAL HASTA LA MUERTE.
LA FE QUE ES LUZ Y VIDA.
HABÉIS DEJADO QUE SE APAGUE. En vosotros y en Mis hijos.
SOIS RESPONSABLES DE TANTA OSCURIDAD, HIJOS.
Y vosotros, llamados Obispos[7], que debierais ser padres de Mis hijos Sacerdotes, ejemplos y guías, os habéis hecho peores que los demonios, pues al menos los demonios Me reconocen como Dios, a pesar de odiarme.
Pero vosotros ME HABÉIS HECHO A UN LADO y ME HABÉIS USADO[8] PARA VUESTROS PROPIOS FINES.
Ay de vosotros. Ay de vosotros si no reconocéis esta última oportunidad. Si no os volvéis a Mí, si no reconocéis vuestra culpa y responsabilidad.
Sí, cargáis una responsabilidad atroz. Gigante. Y os pediré cuentas.
DE MÍ NADIE SE BURLA.
DE MÍ NADIE SE APROVECHA.
Estáis tan cegados que no veis cómo estáis siendo usados y manipulados.
Os hablo a vosotros, Mis hijos, que en un momento fuisteis sinceros en seguirme.
Os tengo que corregir – es misericordia.
Os tengo que despertar – es misericordia.
Os tengo que sacudir – es justicia.
Soy vuestro Padre. Y tengo Misericordia. Pero Soy también vuestro Rey y exijo vuestra lealtad y vuestra obediencia.
Y Soy vuestro DIOS. NO LO OLVIDÉIS.
Y como DIOS tengo derecho a TODO. A que Me deis TODO.
Recapacitad. Escuchad Mi Voz. Estas palabras que os doy AHORA para mostraros lo que necesito de vosotros AHORA.
Habéis dejado que no sólo el humo de Satanás se infiltrara en Mi Santuario; sino que habéis dejado que todo un ejército de demonios tome vuestros lugares.
Y habéis permitido que el usurpador se siente en la silla de Mi Pedro – aquel que está efectuando la Gran Traición que dejará desolada a Mi Iglesia.
Y VOSOTROS LO HABÉIS PERMITIDO.
Y cargáis con la Responsabilidad tremenda de esta horrenda ofensa a Mí, vuestro DIOS.
Me habéis abandonado y habéis abandonado a Mis pequeñuelos. Y habéis abandonado a Mi Jesús.
Ay de vosotros.
Hijos, escuchadme AHORA. VOLVEOS A MÍ AHORA. Dejad atrás vuestros criterios y recibid MI LUZ. Estáis en la oscuridad y ni os percatáis.
Pero YO, vuestro DIOS, tengo Misericordia.
Yo, vuestro Padre bueno, Me compadezco de vuestra ceguedad, inanición, y desnudez. Y os ofrezco éstas PALABRAS MÍAS para que en ellas Me escuchéis; con ellas os vistáis y de ellas os alimentéis.
APRISA, hijos. NO HAY MÁS TIEMPO.
OS NECESITO TOTALMENTE MÍOS.
No os resistáis a Mi Voz, hijos.
Os hablo como vuestro Padre.
Pero pronto hablaré como el DIOS ÚNICO TODO PODEROSO. EL SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS.
AQUEL QUE ES.
EL ÚNICO.
NADIE PUEDE RESISTIR A ESTA VOZ.
Antes de este Trueno Devastador, que derruirá, derribará a toda presencia del enemigo y todos aquellos que lo escogieron por sobre de Mí; os doy esta última oportunidad.
Os recuerdo el refrán tan conocido “El que con lobos anda a aullar aprende.”
No habéis reconocido a los lobos a vuestro alrededor. Los habéis recibido como a verdaderos pastores. Y en vez de hablar tan sólo Mis Palabras, Mi Verdad, los habéis dejado aullar y habéis empezado a imitarlos también.
DE PIE, hijos. EN GUARDIA.
DESPERTAOS.
LUCHAD. DEFENDED LO QUE OS HE ENCOMENDADO.
ES LA ÚLTIMA LLAMADA. OS QUIERO EN MI EJÉRCITO.
AHORA.
TENGO MI PLAN, NO ME ESTORBÉIS.
NO ME ESTORBÉIS.
Recordad que sois siervos. Que sois hijos. Y como tales Me debéis obediencia y fidelidad.
Una vez que os pongáis de pie, alzad a vuestros hermanos Sacerdotes.
Recordad que YO SOY vuestra Cabeza. YO SOY vuestra unión. YO SOY vuestro Líder y Capitán.
Vuestra Hora ha pasado[9]. Y la MÍA INICIA AHORA. MI HORA. LA HORA EN QUE MI PLAN SE MUESTRA POR LO QUE ES – INFINITO, PODEROSO, INCONMOVIBLE. RADIANTE.
Por años os habéis hecho sordos a Mi Voz que habla a estas pequeñas voces – esparcidas por todo el mundo y en cada edad de la Iglesia, para el bien de todos Mis hijos.
Las habéis hecho a un lado, considerándolas superfluas, puras imaginaciones de mentes inestables.
Pero ahora YO UNO ESTAS VOCES EN MI VOZ DE TRUENO.
MI VOZ RETUMBARÁ HASTA LOS CONFINES DE TODO LO CREADO.
MI VOZ ALCANZARÁ LAS PROFUNDIDADES MÁS RECÓNDITAS.
TODO CUANTO TIENE EXISTENCIA SENTIRÁ EL RETUMBAR DE MI VOZ.
SÓLO YO PUEDO DECIR “¡BASTA!”[10]
El GRAN BASTA que derrota a las obras de Satanás.
YO VUESTRO DIOS LO DIRÉ.
Y os llamo a que volváis a tomar vuestros lugares en Mi ejército y que Conmigo alcéis vuestra voz en este gran grito.
OS ESPERO HIJOS. UNA HORA MÁS.
NO MÁS.
Os He esperado largo tiempo y ya no hay tiempo.
Poned vuestras casas en orden, hijos.
YA VENGO.
Y visitaré a CADA UNO.
¿Estáis listos para esta visita MÍA? NO.
Por esto vengo a despertaros. Para que os pongáis listos.
Para que recordéis a vuestro Abba y recordéis vuestra verdadera vocación.
HIJOS, DE PIE.
AHORA.
MI PLAN AVANZA INEXORABLE. PLAN DE MISERICORDIA Y JUSTICIA. PLAN DE BONDAD Y DE PODER.
MI PLAN PARA RECONQUISTAR A MIS HIJOS, A MI IGLESIA, A TODA MI CREACIÓN.
ESCUCHADME, HIJOS.
DE PIE.
Vuestro Abba, vuestro Padre que os ama.
Vuestro Dios y Señor.
Aquel que ES, que ERA y que ESTÁ POR VENIR.
AMÉN.
YA VENGO.
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[1] Percibí en estas palabras Su gran amor y orgullo de Padre al ver la fidelidad de estos hijos Suyos. En varias ocasiones he percibido que cuando habla de Sus Sacerdotes fieles lo hace con un amor muy especial.
[2] Se refiere a Sus Sacerdotes inconscientes a lo que verdaderamente sucede en el mundo y en la Iglesia.
[3] Estas palabras se dirigen a los Sacerdotes y Obispos que siguen “dormidos”. Palabras muy duras, muy difíciles de escribir y de escuchar. Pero muestran la importancia tan grande de su Sacerdocio para estos tiempos y cuan necesaria es su cooperación plena para el bien de todos los hijos de Dios. Y cuan doloroso es para el Padre no tener su lealtad completa. Hay un amor inmenso detrás de estas palabras.
[4] Se refiere a todas las diversas gracias como Apariciones, visiones, revelaciones, locuciones, etc. que Él manda directamente para ayudar a Sus hijos, y muy en particular a Sus sacerdotes, como ayuda en su trabajo, como ánimo, confirmación/respaldo, guía, consuelo y fortaleza.
[5] Entendí que se refiere a un tiempo muy corto.
[6] Percibo que esta espada es símbolo de la autoridad que les concede y de la Verdad – armas necesarias para pelear eficazmente en contra de Satanás. Ver también Efesios 6:17.
[7] Me sorprendió mucho esta expresión, pues podría sonar despectiva, pero percibí que es una llamada de atención, para recapacitar en lo que verdaderamente significa ser un Obispo. Como haciendo a un lado el “título” para enfocarse en la esencia.
[8] Difícil poner en palabras el dolor y la indignación de todo un Dios que percibí cuando dijo ésta palabra.
[9] Es decir, la hora – el tiempo – concedido a ellos para cumplir su trabajo como guías y protectores de los hijos de Dios y de la Iglesia. Y que ahora “termina” porque debido a la debilidad en cumplir este trabajo, no es ya suficiente para luchar contra las fuerzas del enemigo, y es ahora necesaria la intervención directa de Dios – “Su Hora”. Al menos esto es lo que yo entiendo con esta frase.
[10] Palabras dichas con gran autoridad y poder.
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NOTA: Como sucede con mucha frecuencia, las lecturas de la Misa del día después de que se ha dado un escrito parecen confirmar lo dictado. En ocasiones muy claramente y en otras más sutilmente.
Las lecturas para el 27 de febrero (martes de la 2ª Semana de Cuaresma) fueron:
Isaías 1, 10, 16-20
Oigan la palabra del Señor, príncipes de Sodoma; escucha la enseñanza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra: “Lávense y purifíquense; aparten de mi vista sus malas acciones. Dejen de hacer el mal, aprendan a hacer el bien, busquen la justicia, auxilien al oprimido, defiendan los derechos del huérfano y la causa de la viuda.
Vengan, pues, y discutamos, dice el Señor. Aunque sus pecados sean rojos como la sangre,
quedarán blancos como la nieve. Aunque sean encendidos como la púrpura, vendrán a ser como blanca lana. Si son ustedes dóciles y obedecen, comerán los frutos de la tierra. Pero si se obstinan en la rebeldía, la espada los devorará”.
Salmo 49, 8-9. 16bc-17. 21 y 23
No voy a reclamarte sacrificios, dice el Señor, pues siempre están ante mí tus holocaustos.
Pero ya no aceptaré un becerro de tu casa, ni cabritos de tus rebaños.
¿Por qué citas mis preceptos y hablas a toda hora de mi pacto, tú que detestas la obediencia y echas en saco roto mis mandatos?
Tú haces esto, ¿y yo tengo que callarme? ¿Crees acaso que yo soy como tú? No, yo te reprenderé y te echaré en cara tus pecados. Quien las gracias me da, ése me honra y yo salvaré al que cumple mi voluntad.
Ez 18, 31
Purifíquense de todas sus iniquidades; renueven su corazón y su espíritu, dice el Señor.
Mt 23, 1-12
En aquel tiempo, Jesús dijo a las multitudes y a sus discípulos: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y fariseos. Hagan, pues, todo lo que les digan, pero no imiten sus obras, porque dicen una cosa y hacen otra. Hacen fardos muy pesados y difíciles de llevar y los echan sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con el dedo los quieren mover. Todo lo hacen para que los vea la gente. Ensanchan las filacterias y las franjas del manto; les agrada ocupar los primeros lugares en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; les gusta que los saluden en las plazas y que la gente los llame ‘maestros’. Ustedes, en cambio, no dejen que los llamen ‘maestros’, porque no tienen más que un Maestro y todos ustedes son hermanos. A ningún hombre sobre la tierra lo llamen ‘padre’, porque el Padre de ustedes es sólo el Padre celestial. No se dejen llamar ‘guías’, porque el guía de ustedes es solamente Cristo. Que el mayor de entre ustedes sea su servidor, porque el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido”